Viktor Schauberger fue un científico austríaco que nació un 30 de junio de 1885. Como científico liberado de los estrechos márgenes en que se halla limitada la ciencia mecanicista moderna, buscaba una energía alternativa, una ciencia distinta fundamentada en el principio de “Implosión en lugar de Explosión”. La técnica de la explosión -pensaba el sabio austríaco- es contraria al principio vital. Todos los motores de arranque funcionan por explosión, así pues su principio es destructivo y sus repercusiones son dañinas.
La vida (el principio vital), afirmaba Schauberger, siempre es constructiva y nunca destructiva. La técnica basada en la explosión, o sea, destrucción, no puede estar en favor de la vida.
Todos los motores de arranque funcionan por el principio de la explosión, por lo tanto son destructivos y sus repercusiones dañinas y destructoras de vida.
Nos encontramos que, frente al proceso de oxidación en caliente (máquinas de explosión, dinamos y tubos), el proceso de oxidación en frío es una fuente de energía inagotable. Una energía “barata” y respetuosa que, según se desprende de algunas investigaciones, produce una concentración negativa de los iones que se encuentran en el agua.
La investigación desarrollada por Víctor Schauberger y perfeccionada por la industria secreta del Tercer Reich consiguió la producción de energía eléctrica gracias a la succión única por turbinas generadoras de implosión.
En el laboratorio se comprobó cómo el prototipo de aire “torbellino” o agua en “eje -raíz” bajaba la temperatura (efecto de la producción de “vacío”). Posteriormente este sistema fue aplicado a la propulsión a través del aire.
Los nazis crearon un equipo de científicos que desarrolló el trabajo iniciado por Schauberger hasta sus últimas consecuencias. Finalmente, el equipo consiguió crear una turbina cuyo aire giraba con un resultado de vibración que activaba una fuerza enorme causando la levitación.
Nos encontramos que, frente al proceso de oxidación en caliente (máquinas de explosión, dinamos y tubos) el proceso de oxidación en frío es una fuente de energía inagotable. Una energía “barata” y respetuosa que, según se desprende de algunas investigaciones, produce una concentración negativa de los iones que se encuentran en el agua.
La investigación desarrollada por Víctor Schauberger y perfeccionada por la industria secreta del Tercer Reich consiguió la producción de energía eléctrica gracias a la succión única por turbinas generadoras de implosión. En el laboratorio se comprobó cómo el prototipo de aire “torbellino” o agua en “eje -raíz” bajaba la temperatura (efecto de la producción de “vacío”). Posteriormente este sistema fue aplicado a la propulsión a través del aire.
Los nazis crearon un equipo de científicos que desarrolló el trabajo iniciado por Schauberger hasta sus últimas consecuencias. Finalmente, el equipo consiguió crear una turbina cuyo aire giraba con un resultado de vibración que activaba una fuerza enorme causando la levitación.
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